Aquí en Estados Unidos, John Deere es, en una palabra, dominante. Según cifras de la organización antimonopolio sin ánimo de lucro The American Economic Liberties Project, la empresa controla el 53% del mercado de tractores grandes en este país y el 60% de las cosechadoras agrícolas. No es el único juego en la ciudad, pero es difícil de evitar. Precisamente por eso, la negativa a permitir que los clientes reparen sus productos ha sido una de las principales preocupaciones de los agricultores.
El fin de semana, Deere and Co. se unió a la American Farm Bureau Federation (AFBF) en la firma de un memorando de entendimiento (MOU) diseñado para abrir el acceso a las herramientas y la información de reparación.
«Se trata de una cuestión que ha sido prioritaria para nosotros durante varios años y ha costado mucho trabajo llegar a este punto», declaró Vincent Duvall, Presidente de la AFBF. «Y cuando se utilizan equipos, todos sabemos que en algún momento van a tener problemas. Y hemos tenido problemas con la oportunidad de reparar nuestros equipos donde queríamos, o incluso repararlos en la granja.»
David Gilmore, Vicepresidente Senior de Deere, añade: «Este acuerdo reafirma el compromiso que Deere ha adquirido desde hace tiempo para garantizar que nuestros clientes dispongan de las herramientas de diagnóstico y la información que necesitan para realizar muchas reparaciones en sus máquinas. Estamos deseando trabajar junto a la American Farm Bureau y nuestros clientes en los próximos meses y años para garantizar que los agricultores sigan disponiendo de las herramientas y los recursos necesarios para diagnosticar, mantener y reparar sus equipos.»
Según el MOU:
[Deere] se asegurará de que cualquier agricultor, incluyendo cualquier personal o técnico independiente que asista a un agricultor a petición de un agricultor, y cualquier centro de reparación independiente que preste asistencia a los agricultores, tenga acceso electrónico en condiciones justas y razonables a las herramientas del fabricante, herramientas especiales, software y documentación.
El acuerdo se produce tras la creciente presión de los clientes para que se abra la posibilidad de reparación, en medio de quejas de que -entre otras cosas- los sistemas parecen averiarse a un ritmo más rápido. Hasta ahora, Deere exigía a los agricultores que acudieran a concesionarios autorizados para reparar sus máquinas. Aún quedan algunas salvedades. Entre ellas, Deere no «divulgará secretos comerciales, información propietaria o confidencial» ni «permitirá a los propietarios o a los talleres de reparación independientes anular las funciones de seguridad o los controles de emisiones, ni ajustar los niveles de potencia de los equipos agrícolas».
La noticia forma parte de un creciente impulso para permitir a los consumidores reparar sus propios bienes. Apple, Samsung y Google han puesto en marcha sus propios programas de reparación de teléfonos en casa, y estados como Nueva York y Massachusetts han aprobado sus propias leyes sobre el derecho a reparar. Se cree que también se está preparando una versión federal.
Sin embargo, parece probable que las reparaciones sean más difíciles para los consumidores, ya que Deere apuesta por la robótica para futuros sistemas.