Tras dejar fuera de juego a destacados creadores de aplicaciones como Tweetbot y Twitterific, Twitter ha actualizado hoy discretamente sus condiciones para desarrolladores con el fin de prohibir por completo los clientes de terceros.
Descubierta por Engadget, la sección de «restricciones» del acuerdo para desarrolladores de Twitter, de unas 5.000 palabras, se ha actualizado con una cláusula que prohíbe «utilizar o acceder a los Materiales con Licencia para crear o intentar crear un servicio o producto sustitutivo o similar a las Aplicaciones de Twitter». A principios de esta semana, Twitter dijo que estaba «aplicando normas de larga data de la API» al no permitir a los clientes el acceso a su plataforma, pero no citó qué normas específicas estaban violando los desarrolladores. Ahora ya lo sabemos, con carácter retroactivo.
Como señala Engadget, los clientes de Twitter forman parte de la historia de Twitter: Twitterific se creó antes de que Twitter tuviera su propia aplicación nativa para iOS. Y han ganado muchos seguidores en los últimos años, gracias en parte a su falta de publicidad.
La actitud de Twitter hacia los clientes de terceros ha sido durante mucho tiempo permisiva e incluso de apoyo, con la empresa llegando incluso a eliminar una sección de sus términos de desarrollador que desalentaba a los desarrolladores de replicar su servicio principal. Pero eso parece haber cambiado bajo la dirección de Elon Musk.
No parece probable que la decisión fomente la buena voluntad hacia Twitter en un momento en que la plataforma se enfrenta a retos en varios frentes. En una entrada de blog, Sean Heber, de Twitterrific, calificó a Twitter de «cada vez más caprichosa» y de empresa que «ya no reconoce como digna de confianza ni quiere seguir trabajando con ella». Matteo Villa, desarrollador de Fenix, en una entrevista con Engadget calificó la falta de comunicación de «insultante». (Twitter no tiene departamento de comunicación en la actualidad).
Twitter está sometida a una enorme presión para obtener beneficios -o al menos alcanzar el punto de equilibrio-, ya que los anunciantes huyen de la plataforma, espoleados por unas políticas de contenidos impredecibles y que cambian con rapidez. La empresa, que tiene una deuda de 12.500 millones de dólares, debe 300 millones en su primer pago de intereses y ha perdido un valor estimado de 4.000 millones desde que Musk la adquirió a finales de octubre de 2022. Fidelity recortó recientemente el valor de su participación en Twitter en un 56%.
Los recortes en Twitter abundan. Algunos empleados llevan su propio papel higiénico al trabajo después de que la empresa redujera los servicios de conserjería, informó el New York Times, y Twitter ha dejado de pagar el alquiler de varias de sus oficinas. Musk también ha intentado ahorrar unos 500 millones de dólares en costes no relacionados con la mano de obra, cerrando un centro de datos y poniendo a subasta artículos de oficina en un intento de recuperar costes.
Twitter también está impulsando fuertemente su plan Twitter Blue (ahora con una opción anual), con el objetivo de convertirlo en un motor de beneficios. Tiene previsto levantar su prohibición de los anuncios políticos, persiguiendo el dinero de las campañas en las elecciones estadounidenses de 2024. Además, la empresa está considerando la posibilidad de vender nombres de usuario a través de subastas en línea.